Se podría decir que estamos en la mitad del verano y que ya sólo queda Agosto para volver a la rutina y ¿quién sabe? al frío también.
Y estos días he echado muchísimo de menos el frío.
Bendito frío.
Con lo bien que se duerme tapado... y es que con este calor es imposible taparse aunque se duerme bien.
Una de las partes buenas del verano son los helados.
Me encanta hacer helados.
Ya sabéis que este año me ha dado por hacer helados raros aunque no dejo de lado los tradicionales, así que aquí os dejo una lista de todos los helados que ya he hecho.
10. Helado de Kinder
11. Polos de Plátano
Aún queda mucho verano por delante así que no descarto hacer más helados pero esta vez de sabores tradicionales y usando más fruta.
¿Y a qué viene esto de los helados?
Pues muy simple.
Pues muy simple.
Muchos de los helados que he hecho llevan un ingredientes que se llama "Azúcar Invertido" y mucha gente no sabe lo que es o no tiene acceso a ello.
Así que hoy vamos a poner solución a ambos problemas.
De todos modos, en la entrada del Helado de Chocolate tenéis una explicación un poco más extendida, no dejéis de aprender 😊
Lo primero decir qué es el azúcar invertido.
Teóricamente es una reacción en la que se rompe la sacarosa en sus elementos básicos; fructosa y glucosa.
El azúcar invertido más natural que podemos encontrar en los supermercados es la miel.
Así que si en una receta te piden azúcar invertido, lo puedes sustituir con miel en la misma proporción pero recordad que la miel da sabor.
Este ingrediente lo podemos encontrar en tiendas especializadas de repostería como María Lunarillos, Mega Silvita, My Karamelli... o lo podemos hacer nosotros 😊
Hay miles de recetas por internet, la más famosa es la que usa sobres de gasificantes pero si no los queréis comprar, estáis en el lugar indicado.
La receta la he sacado de Directo al Paladar, es una web muy interesante que os recomiendo mirar.
¡Vamos con la receta!
Ingredientes:
- 375 gr de azúcar
- 150 ml de agua mineral
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 1 cucharadita bicarbonato
Antes de nada, es necesario tener un termómetro de repostería ya que tenemos que llevar la mezcla hasta los 100ºC y después bajarla hasta los 50ºC así que no es algo opcional, obligatorio tener un Termómetro.
En un cazo echamos el azúcar con el agua y el zumo de limón, lo calentamos a fuego suave hasta llegar a los 100ºC. El azúcar ya se habrá disuelto y tendremos una mezcla totalmente transparente.
Retiramos del fuego y dejamos que enfríe hasta los 50ºC mientras removemos de vez en cuando suavemente.
Añadimos el bicarbonato y removemos bien hasta que se haya integrado. Al principio se pondrá turbio, pero según se va enfriando aparecerá una capa blanca encima, la retiramos por completo y conservamos en un tarro de cristal limpio.
El azúcar invertido puede dura hasta 6 meses si lo conservamos bien así que tenéis un margen muy amplio para usarlo.
Yo lo uso principalmente para el Roscón y los Helados aunque hay muchas recetas de bizcochos que te pide azúcar invertido, así que no viene mal tener un tarro por casa.
Es muy fácil, la única dificultad es seguir las temperaturas, por eso digo que es muy importante tener un termómetro de repostería a mano ya que hay muchas recetas que te lo van a pedir.
Es una inversión que merece la pena.
Ahora que sabéis cómo hacerlo poneos manos a la obra y elaborad todos los helados que queráis 😉
¡Hasta pronto!
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