¡Hola!
Mi agenda dice que ayer fue el Día de la Amistad.
Pero aunque mi agenda diga que sólo ayer fue ese día yo creo que todos los días lo son.
Porque hay cosas que tal vez sólo tengas que demostrar una vez en la vida o ninguna pero hay otras que día a día se demuestran sin darse cuenta.
Y creo que en eso se basa la amistad, en demostrar que pase lo que pase estarás ahí, no importa cuántos kilómetros ni la situación que te pueda separar de tus amigos, porque si estamos en las buenas, mucho más tenemos que estar en las malas.
Por suerte o por desgracia en estos últimos años he visto quien estaba conmigo en los buenos momentos y quien no estaba en los malos.
Supongo que es ley de vida darse cuenta de quien es un verdadero amigo y quien es un conocido.
Tal vez sea un poco estricta con esas denominaciones pero seguro que mucho entendéis mi posición.
He tenido muy mala suerte de encontrarme con algunas personas pero supongo que me las tenía que cruzar para darme cuenta de qué tipo de personas no quería en mi vida pero también he tenido mucha suerte porque me he encontrado personas maravillosas que forman parte mi vida.
Y aunque algunas estén cerca y otras estén lejos sé que con una simple llamada de ayuda van a estar a mi lado para lo que necesite.
Y por eso estoy aquí hoy, para celebrar el Día de la Amistad, un poco tarde, con todas esas personas que comparten, de un modo u otro, mis días.
Gracias a todos por quedaros en esos momentos en los que me hacíais falta y en los que no porque a un buen amigo lo tienes hasta en la sopa 😉
Y para celebrarlo os traigo una receta muy fácil y deliciosa, que se puede hacer solo o en compañía, ya sabéis que cocinar con ayuda siempre es más divertido.
Hoy vamos a hornear un Pan rápido de la mano de Directo al Paladar.
¿Por qué digo rápido?
Porque no lleva levado, en cuanto se bolea va al horno.
Pero tiene truco.
¿Queréis saberlo?
¡Vamos con la receta!
Ingredientes:
- 305 gr harina de fuerza
- 175 ml de agua
- 20 ml de aceite de oliva
- 15 gr levadura fresca
- 1 cucharadita de sal
En el bol de la amasadora ponemos todos los ingredientes y dejamos que la máquina haga su trabajo hasta que tengamos una masa lisa y elástica, el pan requiere tiempo así que no tenemos ninguna prisa.
Enharinamos una superficie y boleamos, podemos hacer un pan o dividirlo en panecillos como hice yo. Si lo vamos a dividir pesamos el total e intentamos cortar todos los panecillos del mismo peso para que sean lo más iguales posible.
Los ponemos sobre la bandeja en la que los vamos a hornear, los pincelamos con aceite y esparcimos un poco de harina por encima.
Los metemos al horno SIN PRECALENTAR, es decir, frío y cuando la bandeja esté dentro lo encendemos a 220ºC y horneamos 40 minutos o hasta que se hayan dorado.
Ahí tenéis el truco, no necesita fermentación porque mientras que el horno se caliente se van fermentando en tiempo record.
El resultado es un pan crujiente por fuera pero delicioso por dentro, ya sabéis que soy muy panera y adoro cualquier tipo de pan.
¡Ya tenemos nuestro Pan rápido hecho!
En tan sólo 1 hora tendremos un pan delicioso para acompañar cualquier comida.
Sólo es cuestión de tiempo que os volváis adictos al pan 😋
¡Hasta pronto!