Después de estar durante dos semanas super atareada ha llegado el momento de tomarse un pequeño descanso.
Y es que no he parado, entre los encargos, el curso y este fin de semana que me he ido de feria...
¡No puede ser!
Normal que esté tan cansada.
Pero no hay mal que por bien no venga.
Porque me lo he pasado genial.
Y repetiría una y mil veces.
Hoy os vengo a contar sobre mi día en la feria de panadería y pastelería Intersicop.
Descubrí esta feria hace relativamente poco y sólo he ido dos veces pero me encanta.
Es una feria bastante grande, con dos pabellones, en el que puedes ver todo tipo de maquinaria profesional para obradores grandes y todo tipo de proveedores, desde materias primas tan básicas como la harina hasta empresas que te diseñan totalmente obrador.
Por supuesto, no pueden faltar las demostraciones de elaboraciones y los concursos de heladeros y pasteleros.
También hay ponencias, por ejemplo, hoy estaba Paco Torreblanca en Intersicop pero no he podido asistir, otro año será.
Es una feria que merece mucho la pena porque adquieres información de muchas expositores y además, te lo pasas muy bien viendo el arte que tienen los demás.
Aquí os dejo unas fotos que hice de los productos de la feria, realmente son increíbles.
Aunque la feria está dirigida a profesionales está bien asistir cuando estás en este mundillo para conocer proveedores, nuevas materias primas, nuevas técnicas, cursos, escuchar a los grandes de la pastelería, panadería y heladería...
Personalmente, me ha venido muy bien asistir y más después del curso de Afición a Profesión de Natalia Bocassi de Dulces Ilusiones que ha conseguido materializar un poco más mi idea de negocio.
Pero todo esto os lo contaré en la próxima entrada 😉
Pero todo esto os lo contaré en la próxima entrada 😉
Ahora vamos con la receta de hoy.
No sé si lo sabéis pero siempre he dicho que los arroces se me dan bien.
Y no sólo lo digo yo, mi antiguo profesor de cocina también lo dijo.
Y tenía muchas ganas de hacer risottos, pero no los típicos de setas o queso de cabra, no soy muy amiga de esos ingredientes.
Así que me puse manos a la obra y alegré el día a mi madre porque no suelo comer pescado en la comida, lo como más en la cena, e hice un delicioso Risotto de Bacalao.
Tal vez y sólo tal vez parezca que tiene mal aspecto pero a mí me gustó el toque anaranajdo que le dio el caldo de pescado, después le eché nata y se aclaró un poco.
Pero oye, estaba delicioso, es más, no dejé nada en el plato 😋
¡Allá vamos!
Risotto de Bacalao
Ingredientes:
- 185 gr de arroz
- 4 dientes de ajo
- 1 cebolla grande
- 2 cucharadas de mantequilla
- 130 ml de vino blanco
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 litro de caldo de pescado
- 200 gr de queso parmesano
- 200 gr de bacalao desmigado
Empezamos picando el ajo y la cebolla muy finito. Calentamos la sartén con un poco de mantequilla y el aceite de oliva. Cocinamos el ajo y la cebolla a fuego lento hasta que la cebolla esté transparente.
Añadimos el arroz y movemos un poco hasta que se dore ligeramente, echamos el vino y subimos el fuego para que se evapore un poco. Vamos añadiendo el caldo poco a poco hasta que el arroz esté en su punto veamos que está meloso.
En el fondo tiene que estar seco pero en la superficie tiene que haber un poco de líquido, es entonces cuando añadimos el bacalao y dejamos que se cocine unos minutos. Añadimos la mantequilla y removemos con el fuego apagado. Añadimos el queso e integramos, dejamos reposar unos minutos.
Si dejáis que repose en exceso se quedará seco, si os pasa esto podéis añadir un poco de nata y volver a remover hasta que quede un poco más suelto.
¡Ya tenemos el Risotto de Bacalao!
Es una receta muy fácil que repetiréis sin ninguna duda.
¡Hasta pronto!