Recetas

viernes, 28 de julio de 2017

Milhojas de melocotón con queso y Cumplemes del blog!

El día 26 de julio hizo un mes que empecé a escribir en el blog aunque ya hacía bastante tiempo que tenía la idea en la cabeza y por fin me decidí a hacerlo realidad. La verdad es que este mes se me ha pasado volando y casi sin darme cuenta he mantenido la rutina del blog.

Sé que las recetas que he colgado son  muy simples pero poco a poco iré subiendo más recetas algo más complejas aunque lo simple tampoco viene mal cuando llegan las prisas, además por algo se empieza :)

Hace unos meses descubrí en Mercadona una masa de hojaldre con mantequilla, especial para croissant, y me decidí a probarla para ver qué diferencia había respecto a las otras. Me encanta probar las masas de hojaldre ya hechas, además son muy cómodas cuando llevas prisa y te apetece desayunar unos croissants calentitos.

Con esa masa hice palmeritas, croisants y conos, el resultado fue más increíble, obviamente no está como el hojaldre casero pero se acerca a ese saborcillo que tanto me gusta, de verdad que como sustitutivo merece la pena usarlo.

Hace unos meses ya hice estas milhojas, pero las capas eran muy finas y me daba pánico que se rompieran al colocarlas así que esta vez las he hecho con volumen, casi como si fueran sandwiches y la verdad es que el resultado me gusta mucho más que el anterior.


Milhojas de melocotón y queso

Ingredientes

- 1 masa hojaldre con mantequilla
- 200 ml de almíbar de melocotón
- 250 gr de queso mascarpone
- 250 gr de queso Philadephia
- 50 gr azúcar moreno
- Melocotón en almíbar (decorar)
- Azúcar glass (decorar)


Empezamos con el hojaldre, lo desenrollamos sobre su propio papel y si queremos podemos estirlarlo un poco más con el rodillo o dejarlo con el grosor que viene. Con un cortador cortamos los cuadrados y los trasladamos a la bandeja de horno con papel vegetal, dejamos unos milímetros de separación para evitar que se pegue.

He usado un cortador cuadrado aunque podéis usar uno rectangular o hacerlo a cuchillo directamente si lo preferís.

Cuando tengamos todas las placas sobre la bandeja de horno las pinchamos un poco con el tenedor y después las pintamos con el almíbar de melocotón, no escatiméis.
Las horneamos a 180º durante 15 minutos aproximadamente aunque depende del horno, os recomiendo que las vigiléis de vez en cuando para que no se quemen.

Con este método el hojaldre sube en el horno pero si no queréis que suba seguid este método: Antes de colocar las placas, le damos la vuelta a la bandeja, ponemos el papel vegetal y encima las placas. Las pinchamos y pincelamos con almíbar, colocamos otro papel vegetal encima y colocamos otra bandeja encima de las placas para que haga peso y evitar que suban. Las horneamos a la  misma temperatura y el mismo tiempo.

Cuando estén cocidas las pasamos a una rejilla, las pintamos ligeramente otra vez con el almíbar de melocotón y dejamos enfriar.  Cuando estén frías las cortamos por la mitad y reservamos.

Para la crema empezamos triturando el azúcar moreno hasta que sea polvo, así no notaremos los granitos en la crema. Mezclamos los dos quesos y cuando se hayan integrado añadimos el azúcar moreno, mezclamos de nuevo hasta que la mezcla sea homogénea. Si no la vamos a usar en el momento lo refrigeramos para que se mantenga firme, si no es el caso lo metemos en una manga pastelera (yo metí un poco en una pequeña y el resto en una grande) y dejamos refrigerar unos minutos.

Decoramos las milhojas con la crema, yo usé una boquilla grande rizada, muy parecida a la del enlace, para el relleno y una más pequeña para la decoración. Echamos puntitos hasta completar el cuadrado y lo tapamos con su respectiva tapa de hojaldre. Si mientras echáis la crema notáis que se ablanda, metedla un poco en el frigorífico para que se endurezca.
Estas milhojas tienen dos pisos, así que podéis elegir más "tapitas" y rellenarlas para que tengan más altura.

Cuando tengamos todas rellenas, decoramos con azúcar glass tapando con un papel el lado que no queremos pintar de blanco, os recomiendo ayudaros de un tamiz o un colador para que salga más fino y no directamente del bote.

En la otra mitad del cuadrado ponemos dos puntitos de la crema y decoramos con una hoja de hierbabuena y un trocito de melocotón el almíbar.

Ya tenemos las milhojas listas para comer, si no las comemos en el momento guardarlas en el frigorífico, se mantendrán mejor.



Espero que os guste y las probéis, ya veréis como la crema es adictiva y se puede usar en muchas más recetas ;)

Hasta pronto!





martes, 25 de julio de 2017

Pan Rústico!

¿A quién no le gusta el olor del pan recién hecho? Por favor, si de verdad hay alguien a quien no le guste este olor que lo diga ahora o que calle para siempre.

Soy de las que adora este olor. Cuando paso por las panaderías y huele a pan caliente es como si me envolviera y me empujara a quedarme cerca del horno para continuar oliendo ese maravilloso aroma.

De siempre he sido muy panera, siempre me ha gustado el pan, todo tipo de panes, da igual si era integral, rústico, de pueblo, en barra, en hogaza... Me gusta cualquier tipo de pan. 

Por fuera puede parecer que hacer pan es muy complicado, es más, la primera vez que hice pan yo sola tenía muchísimo miedo de que no saliera bien (ya había tenido antes una experiencia muy mala con la levadura de panadero) aunque lo había visto hacer y parecía muy simple pero aún así tenía miedo. 

Hacer pan es muy simple, si empiezas con una receta fácil y sabes más o menos los conceptos básicos del pan, en cuanto una receta salga bien y la repitas muchas veces, empezarás a coger confianza con las demás y poco a poco te irás soltando y experimentando más tipos de pan. Y creedme, hacer pan es una de las cosas más gratificantes del mundo de la cocina.

Desde el primer momento que probé esta receta, cada domingo empecé a hornear pan en casa, y ese aroma que tanto me gusta inundaba a la hora de comer toda la casa. 

Os podría contar muchísimas más cosas sobre el pan pero como comienzo lo dejo aquí. Iré colgando más recetas de pan por aquí, absolutamente todas comprobadas.


Pan Rústico

Ingredientes

- 600 gr harina fuerta
- 400 gr harina floja
- 650 ml de agua
- 12 gr levadura fresca 
- 20 gr sal


Esta receta se puede hacer tanto a mano como a máquina, obviamente a mano costará un poco más pero si sois de las mías y os encanta tocar las masas y además es la primera vez os recomiendo que lo hagáis a mano. Con la máquina es mucho más rápido y fácil pero os recomiendo hacerlo cuando ya tengáis más confianza con la receta.

Siempre hago esta masa un día antes, ya que fermenta en frío, así que recordad que hay que hacer hueco en la nevera.

Mezclamos las dos harinas y la sal en un bol grande, hay que tener en cuenta que tenemos 1kg de harina, hacemos un volcán en medio.

Disolvemos la levadura fresca en el agua que debe estar un poco templada pero no caliente. La levadura fresca la podéis encontrar en cualquier supermercado, yo la compro en Mercadona y cada cubo lo parto en dos, aproximadamente son 12 gr, lo envuelvo en film y lo congelo, así, cuando vaya a hacer este pan tengo la medida aproximada y no es necesario descongelar más.

Cuando la levadura se haya disuelto, vertemos el agua en el centro del volcán. Con una cuerna empezamos a mezclar, con cuidado que el agua no se salga. Si vemos que con la cuerna es más difícil usamos las manos, espolvoreamos un poco de harina y mezclamos hasta tener una masa homogénea. 

Llegados a este punto hay que conseguir una masa lisa, sin grumos y que no se pegue tanto, para ello ya no tenemos que mezclar, tenemos que ir doblando la masa hasta convertirla una masa lisa, tardaremos unos minutos en conseguir esta textura. Si vemos que se pega mucho añadimos un poco de harina en la superficie, si está muy seca añadimos un poco de agua pero como ya he dicho con estas medidas sale una masa perfecta.

Cuando tengamos la masa lista lo tapamos con film y dejamos reposar 15 minutos. Pasado este tiempo lo doblamos 5 veces, lo tapamos con film y reposamos 15 minutos más. Repetimos dos veces más. Cuando doblemos por última vez tapamos el bol completamente con film y lo metemos en la nevera durante toda la noche, el frío hará que fermente lentamente y para el día siguiente habrá doblado su tamaño.

Al día siguiente calentamos el horno a 220ºC y en el suelo del horno ponemos una bandeja de metal apta para horno y dejamos que se caliente con el horno. Mientras, vamos formando los panes en una superficie enharinada. No hay que manipular mucho la masa ya que podría perder el fermento que ha ganado durante toda la noche.

Porcionamos el pan y lo colocamos en otra bandeja con papel de horno, espolvoreamos un poco de harina encima o cualquier semilla que queramos. El porcionado del pan es todo un mundo, podéis hacer barritas, chapatas, conejitos, trenzas, espigas... todo en un tamaño pequeño ya que el tiempo y la temperatura de horneado está adaptada a piezas pequeñas. A mí no me cabe todo en la misma bandeja así que tengo que hacer dos tandas o meter dos bandejas aunque la que esté abajo tarda más en dorar.

Metemos la bandeja en el horno y echamos un vaso de agua muy fría en la bandeja del fondo del horno para que haga vapor, cerramos rápidamente el horno y dejamos cocer durante 12 minutos aproximadamente.  La capa exterior tiene que dorarse.

Sacamos los panes y los dejamos enfriar por completo en una rejilla o nos los comemos directamente.

Ya veréis como después de esta receta empezaréis a hornear vuestro propio pan, es muy fácil y los resultados son increíbles.


Hasta pronto! :)

viernes, 21 de julio de 2017

Sabores de la infancia: Magdalenas de nata!

Estoy segura de que todos alguna vez hemos desayunado las típicas magdalenas de nata con azúcar por encima que vendían en cualquier pastelería.

Mi madre las compraba en una panadería muy pequeña donde yo vivo y la verdad es que estaban riquísimas y además eran enormes, tan grandes que no cabían en el vaso del desayuno. Y creo que en cualquier pastelería que se precie tiene esas magdalenas, porque son un clásico que se vende sí o sí.

Recuerdo que una vez mi madre compró una caja donde venían un montón de esas magdalenas, eran cuadradas y no redondas con el papel negro y tenían un dorado por encima que se me hacía la boca agua, y además esa parte azucarada que crujía en la boca era... increíble.
Después ya no las volví a ver más y desde entonces no he vuelto a probar una magdalena tan rica con esa, y aquí estoy, compartiendo la receta de las magdalenas de nata típicas de la abuela.

Cuando empecé con la repostería haciendo cupcakes, bizcochos y tartas no me plantee nunca hacer estas magdalenas, me gustaba el recuerdo que tenía de ellas, tan jugosas y doradas que tenía miedo de que no salieran igual y arruinar ese recuerdo pero no fue así, cuando las probé fue como si tuviera las mismas magdalenas de hace tantos años en mis manos.

Os dejo juzgar por vosotros mismos.
La receta es de Maria Lunarillos y si la sigues al pie de la letra te saldrán unas magdalenas deliciosas. Tiene mucho tiempo de reposo hasta que se hornea, tenéis que respetar estos tiempos, es importante.
He usado los papeles típicos de cupcakes blancos y de colores que tenía por casa y además quería probar unos moldes de silicona para cupcakes en forma de taza de té que son monísimos. Los podéis encontrar en Amazon y creo que en cualquier tienda de repostería.


Magdalenas de Nata

Ingredientes

- 175 gr de harina
- 125 gr de azúcar
- 125 gr aceite girasol 
- 50 gr de nata para montar
- 8 gr levadura
- 125 gr de huevo
- Ralladura 1 limón


Empezamos batiendo los huevos y el azúcar con varillas hasta que blanqueen, aproximadamente unos 7 minutos. Le añadimos la ralladura del limón y batimos 6 minutos más hasta integrar y darle más volumen.

Añadimos la nata y el aceite, batimos 3 minutos a velocidad baja para que se integre. Incorporamos la harina y la levadura tamizada y batimos unos segundos, lo justo para que se integre.

Dejamos reposar la masa 10 minutos. Mientras precalentamos el horno a 230ºC y preparamos la bandeja de magdalenas con las cápsulas, yo pongo doble, una de silicona y una de papel para evitar que se deforme. 

Vertemos la mezcla en las cápsulas, no mas de 2/3 y espolvoreamos azúcar por encima. Dejamos reposar 10 minutos otra vez. 

Bajamos el horno a 210º C y volvemos a echar un poco más de azúcar si vemos que antes nos hemos quedado cortos. Horneamos durante 18 minutos aproximadamente o hasta que veamos que empiezan a dorar, comprobamos con un palillo si es necesario.




Espero que si las hacéis os recuerde a cuando eráis niños.
Hasta pronto! :)

martes, 18 de julio de 2017

Arroz Pilaf!

Normalmente tengo muy mala memoria, pero estoy segura que recuerdo todos los platos y postres que he cocinado, incluso recuerdo las primeras recetas que cocinamos en las primeras clases de cocina del Grado Superior.

En ese momento me prometí que probaría absolutamente todo aunque no me gustase lo que llevara, por ejemplo los champiñones o ciertas verduras. 

Una de las primeras recetas que hice, como guarnición, fue el Arroz Pilaf o Pilaw. La verdad es que cuando empecé, apenas había preparado platos con arroz, no salía de la típica paella o el arroz cocido, muy simple, pero desde entonces intento cambiar la textura, el sabor e incluso el color del arroz.  Es un mundo tan lleno de posibilidades...

Siempre me ha gustado el arroz, de todas las formas posibles, solo, con tomate, en paella, en sopa, en risotto, con leche... La verdad es que es uno de mis ingredientes preferidos, y como ya he dicho tiene muchas posibilidades.

Durante todo este tiempo que le he dedicado al arroz me he dado cuenta que es una de las cosas que mejor se me da porque siempre me queda en su punto. He cocinado al lado de otras personas, con la misma receta y los mismos ingredientes pero no les queda como a mí, no digo que el otro esté malo pero prefiero el mío.

Este arroz es uno de los que mejor me salen , no sé si porque es muy fácil o porque ya lo he hecho cien veces, pero a todos les encanta, y cada vez que lo hago tengo a mi madre detrás para ver qué truco uso porque a ella no le sale igual.

Esta receta da para más o menos unas 4 personas, depende de cuánto queráis de guarnición, he calculado aproximadamente unos 80 gr de arroz por persona.



Arroz Pilaf

Ingredientes 

- 1 cebolla grande
- 2 cucharadita de mantequilla
- 1 cucharadita de aceite
-  320 gr de arroz bomba
- 1 litro de fondo de ave
- Semillas de amapola (opcional)


Empezamos partiendo la cebolla en brunoise mediana, no hace falta que hagamos los trozos muy pequeños.

En una olla ponemos el fondo a hervir, cuando lo vayamos a usar tiene que estar caliente así que lo mantendremos a fuego bajo cuando dé el primero hervor.

Calentamos la mantequilla y el aceite en una sartén honda, dejamos que se derrita, entonces echamos la cebolla picada y removemos. Dejamos que se poche hasta que tenga un color dorado, tened cuidado porque algunos trozos por los bordes se pueden quemar.

Cuando tengamos la cebolla cocinada añadimos el arroz y lo removemos. Si aún es muy pronto para comer, lo dejamos apartado del fuego y así lo tenemos marcado para continuar cuando sea el momento. Si se va a comer de inmediato continuamos con la preparación.

Movemos el arroz unos minutos y le añadimos cazos de caldo, hasta que veamos que cubre el arroz, dejamos cocinar aproximadamente unos 15 minutos aunque depende de cómo queráis el arroz, a mí me gusta un poco duro aunque después se termina de ablandar en el horno. Cuando veáis que le falta fondo le añadís más, no se puede quedar seco si aún no está cocinado.

Mientras calentamos le horno a 180º C. Vigilamos el arroz, tiene que cocinarse por todos lados. 
Cuando tenga la textura que queremos, recordad que en el horno se sigue cocinando así que no lo dejéis muy blando en la sartén, comprobamos si queda fondo en la sartén, añadimos un cazo si es necesario. Lo metemos en el horno y dejamos cocinar otros 15 minutos, vigilamos a partir de los 10 minutos para que no se quede muy seco.

Para comprobar cogemos una cucharadita y vemos si la parte de abajo está jugoso, como un risotto, entonces estará listo. Si nos hemos pasado echándole fondo y aún queda mucho pero la superficie se está dorando en exceso lo tapamos y dejamos unos minutillos más.

Servimos en caliente y podemos decorar con semillas de amapola o lo que queramos aunque tened cuidado de no tapar el sabor ni del plato principal ni de la guarnición en sí.


El único truco que existe con el arroz es cogerle el punto de cocinado y eso solo se consigue practicando mucho con él y repitiendo hasta que lo tenemos.


Espero que os guste este tipo de arroz tanto como a mí.
Hasta pronto! =)



viernes, 14 de julio de 2017

Helado de Nutella!

Desde que era pequeña me he criado con la típica Nocilla de chocolate. Esas tardes merendando medio sandwich de nocilla y un vasito de leche fresquito... quien volviera a esos tiempos.
Pero después salió la Nocilla de dos colores y descubrí mi vicio: la Nocilla Blanca. Recuerdo como dejaba la mitad del bote vacío, dejando solo la parte de chocolate.
Y realmente hasta hace muy poco descubrí que vendían tarros de Nocilla solo blanca, madre mía, ahí empezó mi perdición. A parte de merendarme medio sandwich con mi vasito de leche fresquita ya estaba pensando en las demás utilidades que podría darle a esa maravillosa crema blanca: helados, frosting, mugcakes... La verdad es que cuando me gusta un sabor mi cabeza empieza a buscar alternativas de ese sabor.

Nunca antes me había llamado la atención la Nutella hasta que alguien me dijo "sabe a Kinder", y a mi los Kinder me vuelven loca, entonces pensé "¿cómo no voy a probar esa crema de dioses si sabe a kinder?" Pues en mi opinión no sabe a Kinder, sabe a los bombones Ferrero Rocher (que también me gustan) así que la prueba fue not bad.

En una pequeña encuesta a mi círculo de personas una gran mayoría preferia la Nutella por encima de la Nocilla, en cuanto a mí, bueno, me quedo con la Nocilla blanca.

Así que para hacer feliz a esa parte de mi círculo que le gusta la Nutella y a la otra parte también he hecho un helado de Nutella que está para chuparse los dedos, y no lo digo solo yo. Sabe a Nutella/Ferrero Rocher y estoy más que segura que un batido de este helado con nata y sirope seria... Ya os contaré cuando lo haga 😉
Es una receta del blog de Megasilvita aunque he modificado un poco la cantidad de azúcar, a mí me resultó muy dulce aunque para gustos los sabores ☺


Helado de Nutella

Ingredientes:

- 250 ml de nata
- 150 gr de Nutella
- 20 gr de  azúcar (la receta original serian 35 gr)
- 75 ml de leche


Ponemos todos los ingredientes en un bol y batimos con las varillas hasta que tengamos una crema chocolateada y espesa, tened cuidado porque al principio salpica un poco y podéis llenar toda la cocina de Nutella.

Cuando tengáis esa crema tenéis dos opciones: Lo metéis directamente en la heladera, con la cubeta previamente enfriada, o refrigeráis la mezcla hasta el día siguiente para que se enfríe más tiempo.
Yo siempre hago la segunda opción.
Cuando vayáis a meter la mezcla en la heladera simplemente tenéis que mover la mezcla un poco para que todo vuelva a estar homogéneo.

Lo introducís en la heladera en marcha y esperáis unos 15 minutos o hasta que tenga la consistencia deseada. Después lo pasáis a un recipiente hermético y alisáis la superficie, congelamos unas horas hasta que se ponga firme.

Si cuando vayáis a sacar las bolas está muy duro podéis meter la cuchara de helado en agua caliente e intentarlo, otra opción es aplicarle un poco de calor, en unos segundos tendréis el helado suave.


No hay excusas para no  hacer este helado tan fácil, además esta semana en Lidl están ofertando heladeras, y los demás ingredientes se encuentran en cualquier supermercado.




Buen finde y hasta pronto! :D

martes, 11 de julio de 2017

Rincones de Madrid y Chips de patata!

Cuando tienes un novio al que le gustan las patatas, el queso y la comida japonesa que sale en los mangas y en los animes te planteas cómo sorprenderle, qué hacer para que se le caiga la baba y te pida que le hagas más.

La verdad es que desde que supe que tenía esos vicios cada vez que cocino intento meterle algún detallito que le gusta, y de momento no se ha quejado (que yo sepa). Creo que el día que consiga fusionar esas tres cosas explotará, por suerte aún no ha llegado ese momento.

Si a todo eso le sumamos que se ofrece a probar todos y cada uno de mis experimentos, le convierten en un probador ideal y con mucha fe ciega en mí, aunque de momento aún nada me ha salido tan mal que no haya querido probarlo.


Este domingo, para celebrar nuestro aniversario y agradecerle el trabajo de probador, le llevé a un sitio de nueva apertura que ya llevaba varios días observando y que cada vez que entraba a su página me daban más ganas de ir cuanto antes.

Estoy hablando de Livin Japan, una cafetería en la calle Torrecilla del Leal 20, entre el metro Tribunal y Lavapiés. Organiza eventos como proyecciones, talleres, actuaciones y concursos muy interesantes.


Aunque diga que es una cafetería la verdad es que fuimos allí a comer y salimos más que satisfechos.
El local se encuentra muy fácil y en el mismo momento en el que entras notas un ambiente muy agradable acompañado de un hilo musical muy actualizado, es perfecto si eres otaku.
Cuando nosotros llegamos no había casi nadie, tal vez la hora y el día no eran los ideales pero así pudimos disfrutar de una comida tranquila.
Takoyaki
La chica que nos atendió era muy simpática, nos resolvía todas las dudas que teníamos y nos recomendaba los platos estrellas del local aunque más o menos ya sabíamos que queríamos pedir.

La carta es muy variada, tiene muchos platos típicos de japón y te dan ganas de pedírtelo todo. Sobre todo tienen prostres, batidos y té, me quedé con muchas ganas de probar algunas cosas.

Pedimos Takoyaki (bolitas de pulpo), cuando las vi me daba pena partirlas, eran tan redonditas y tan perfectas que parecian muy frágiles. También comimos hamburguesa de Kobe con raíz de loto y salsa Teriyaki y un bento de Karaage con verduras salteadas y arroz.
Hamburguesa de Kobe

La hamburguesa estaba deliciosa, el pan no era el típico pan de hamburguesa, la carne estaba al punto, con un sabor fuerte y una textura suave que se te deshacía en la boca. Estaba acompañada de queso y cebolla caramelizada, que hacía que la mezcla estuviera exquisita. Nunca había probado la raíz de loto y para mi sorpresa estaba muy bien, siempre y cuando la comas en caliente, cuando se enfría adquiere un sabor un poco amargo pero merece la pena probarlo.


Karaage
Una de las cosas que teníamos ganas de probar, a parte del Kobe, era el Karaage ya que lo habíamos visto en el anime Shokugeki no Soma y se nos hacía la boca agua solo verlo. El Karaage son trozos de pollo marinados y rebozados, debe tener un exterior crujiente y un interior tierno y suave y efectivamente el que probamos cumplía con nuestras expectativas, tal vez esperaba que estuviera un poco más especiado pero para nada me defraudó.

Como postre pedimos dos batidos, un Chokoreto (Leche, vainila y chocolate) y un Kohi (leche, café y vainilla con nata). Lo que más nos llamó la atención fue la copa pero lo que contenía era refrescante y  muy suave.

Como conclusión he de decir que a pesar de ser un local pequeño tiene una temática muy acertada, una decoración muy tradicional y cuenta con un rincón de manga donde puedes leer mientras te tomas un té. Lo que comimos nos gustó mucho, nos quedamos con ganas de probar más cosas e ir un día en el que haya algún evento o proyección. Sin duda repetiremos y es 100% recomendable, así que si queréis probar la comida japonesa y además participar en los eventos que hagan ya sabéis donde ir, os dejo el link de sus redes sociales donde podéis estar atentos de sus novedades: Facebook, Twitter, Instagram.


Y después de taaaanto texto os dejo con la receta de chips de patata. Son las típicas patatas de bolsa de toda la vida pero caseras, es una receta muy pero que muy fácil de hacer y que te salvan cuando se te presentan invitados sin avisar o si tienes un novio patatero. No se tarda nada en hacerlas y no necesitas una máquina especial, solo un pelador de horquilla, en cualquier tienda de utillaje de cocina lo encontraréis. Ahora sin más esperas la receta.


Chips de patata

Ingredientes

- Patatas
- Sal
- Aceite para freír


Lavamos y pelamos la patata con el mismo pelador que usaremos para sacar las chips. Yo recomiendo coger una patata alargada, no muy gruesa porque no saldrán las patatas redondas y se romperán aunque eso es parte del encanto de las patatas caseras.

Con el pelador empezamos a pasarlo por uno de los extremos de la patata, al principio no saldrán perfectas pero cuando se vaya formando la patata veréis que saldrán redonditas.
Cuando lleguemos al centro y veamos que no podemos avanzar le damos la vuelta y empezamos otra vez el mismo proceso. Es muy fácil y salen bastantes de una sola patata.

Mientras hacemos esto calentamos el aceite, no tiene que estar muy fuerte pero tampoco muy suave. Tenemos que echar las patatas una a una separándolas para evitar que se cocinen pegadas.
Con una espumadera las movemos y las hundimos para que se frían por ambos lados.

No las doramos mucho porque fuera adquieren un color mucho más oscuro, hay que sacarlas blancas, fuera se tornan amarillas. Mi truco es sacarlas cuando no escuche el aceite chisporrotear mucho. Las escurrimos en una papel absorbente y las echamos sal.
Yo las pasé por el papel tres veces hasta que quité todo el aceite sobrante, después las eche sal y las removí para que todas tuvieran su puntito de sal.

Ya tenéis unas patatas chips lista para comer, son tan express que en 10 minutos las tienes listas y parecerán que son compradas.





Hasta pronto! :)





viernes, 7 de julio de 2017

Brownie con muuuuuchas nueces

Me encanta el brownie.

Desde pequeña siempre me han gustado los bizcochos de chocolate, todo lo que llevara chocolate me encantaba pero nunca había probado un brownie.

Cuando empecé a hornear no me planteé ni por un momento cocinar un brownie, pensaba ¿qué diferencia hay con un bizcocho de chocolate normal? La primera vez que probé un brownie fue en el stand de Rock'n'Roll café en mi visita a FITUR, desde entonces no he parado de probar recetas de brownies hasta ver cuál era la que más me gustaba, pero hay un problema, me gustan todos.

Aún no he encontrado la receta de brownie definitiva, seguiré buscando hasta encontrarla aunque cada una tiene una textura distinta, un sabor diferente, otro tipo de chocolate ... pero que a ninguna de las recetas les falte un buen puñado de nueces, un gran puñado de nueces.

Para  mí, la esencia de un brownie está en las nueces. Me encanta esa sensación de dar un bocado y encontrarte una nuez crujiente y envuelta en chocolate.... es increíble. Además ese olor en los últimos minutos de horneado y ese aspecto crujiente por encima abre el apetito de cualquiera. Ya sea invierno o verano un brownie siempre apetece.

La receta que os traigo hoy es esponjosa, muy diferente a la de un brownie tradicional pero es que está buenísima y es un enfoque distinto que para nada defrauda. He sacado la receta de Pequerecetas pero la he modificado un poquito.

Brownie esponjoso de chocolate

Ingredientes

- 200 gr de chocolate fondant
- 4 huevos
- 80 gr de harina
- 120 gr de azúcar
- 90 gr de mantequilla
- 50 gr de nueces o nueces a porrón!


Primero troceamos el chocolate, esta vez usé chocolate Nestle porque no tenía otro pero normalmente suelo usar chocolate Milka, y lo ponemos a derretir en un baño María o en el microondas en tandas de 10 segundos para evitar que se queme. Mientras se derrite el chocolate derretimos también la mantequilla a parte. Normalmente se hace junto al chocolate pero a mi se me hace una pasta densa y muy fea así que lo hago por separado y cuando tenga ambos derretido y casi a la misma temperatura lo junto y lo mezclo con unas varillas, veréis que queda un crema densa y muy brillante. Dejamos enfriar a temperatura ambiente.

Después separamos las yemas y las claras. Por un lado batimos las yemas con el azúcar hasta que adquieran un color anaranjado clarito, y por otro lado, montamos las claras a punto de nieve. El truco para saber si las claras están montadas es darle la vuelta al bol donde se están montando, si no se caen están listas.

Incorporamos el chocolate a la mezcla de las yemas mientras batimos, tiene que tener una consistencia dura y todo tiene que estar bien mezclado. Tamizamos la harina y volvemos a mezclar, es muy importante el tamizado.

Vamos añadiendo las claras en tres veces para que no se baje toda la mezcla, no batimos, mezclamos con movimientos envolventes y evitando que nos queden grumos de clara. Os recomiendo raspar por el fondo ya que se queda pegajosa abajo y no habréis mezclado bien al final.

Cuando tengáis todas las claras montadas añadimos las nueces, yo he puesto 50 gr aunque siempre me parecen pocas y acabo añadiendo más, recordad guardar algunas, las que mejor estén, para ponerlas encima del brownie. Mezclamos de nuevo con suavidad y lo vertemos en el molde que queramos engrasado o con un papel vegetal.

Horneamos a 180ºC durante 25 minutos, antes de sacarlo pinchadlo por el centro para comprobar que está hecho, a veces se cocina por los lados pero por el centro sigue crudo, si tenéis que dejarlo un poco más hacedlo en tandas de 5 minutos para que no se os seque el resto del brownie. Si veis que por encima se os quema tapadlo con papel de aluminio.



Espero que aprovechéis estos días que hace mal tiempo para encender el horno :)
Buen finde y hasta pronto!


martes, 4 de julio de 2017

Primer helado de la temporada

El año pasado me regalaron una heladera después de estar meses y meses esperando a que saliera la promoción en Lidl y para mi sorpresa, una semana antes de que saliera, me la regalaron. Por supuesto todo va con segundas intenciones y sabía que si me la regalaban no solo era para que probara a hacer helados, todos querían comer helados.
Aunque solo la he probado dos veces, este año me he decidido a hacer al menos una vez a la semana helado para tener alguna reserva en mi frigorífico.

He tenido dudas sobre por cual empezar, había muchas opciones, desde tiramisú hasta unicornio y la verdad es que todos eran super fáciles y el acabado era increíble, pero he preferido empezar por un clásico que me encanta y muy pocas veces lo he encontrado como a mí me gusta. Vamos con la receta, esta receta la he conseguido en el blog de Lolita la Pastelera pero le he aumentado le vainilla porque me encantan que el helado tenga las semillas de la vaina y yo lo he hecho con leche semidesnatada.

Helado de Vainilla


Ingredientes:

- 500 ml de nata de montar ( si usáis leche semidesnatada añadid un poco más de nata)
- 250 ml de leche entera o semidesnatada
- 150 gr de azúcar
- 8 gr de maicena
- 3 yemas
- 1 y 1/2 vaina de Vainilla


Empezamos cortando la vaina por la mitad longitudinalmente para abrirla, yo recomiendo que la abráis completamente para que no se vuelva a cerrar mientras infusiona.

En un cazo ponemos 200 ml de leche, el azúcar y la mitad de la nata con las vainas abiertas. Lo ponemos al fuego y lo dejamos hervir. Cuando hierva lo retiramos del fuego y lo tapamos para que infusione 15 minutos más.

Mientras mezclamos la leche restante con la maicena sin que quede ningún grumo. Batimos las yemas y le echamos la mezcla anterior, batimos hasta que se haya integrado todo.

Sacamos las vainas de la leche, yo no he colado la mezcla porque me encanta que se vean las semillas. Echamos las yemas en la leche poco a poco sin dejar de batir hasta que todo se haya integrado y lo ponemos a fuego bajo mientras movemos constantemente.
Dejamos que espese y cuando hierva lo retiramos del fuego y lo ponemos en un baño María frío sin que el agua caiga dentro de la mezcla.

Cuando esté frío le añadimos la nata restante y removemos. Yo lo dejé un día en el frigorífico mientras la cubeta de la máquina se enfriaba, pero se puede hacer en cuanto se le eche la nata restante pero la cubeta de la heladera debe estar muy fría.

Lo metemos en la heladera en
marcha y dejamos que se haga, aproximadamente el mío tardo entre 15 - 20 minutos aunque podemos pararla cuando veamos que la textura es la adecuada, recordad que luego tiene que reposar en el congelador y quedará aún más duro. Lo metemos en un recipiente de plástico y congelamos unas 4 horas. Yo lo dejé 9 horas y cuando quise sacar las bolas estaba muy duro.


La textura de este helado es muy cremosa y muy densa, no tiene cristales de hielo como pasa con otros helados y el color es tan suave como su sabor, en mi opinión es un helado de 10.



Pronto traeré más recetas de helados.
Hasta pronto :)


¡Recapitulando recetas Terroríficas!

¡Hola! Llevo un ritmo caótico en la publicación de las entradas del blog y me siento muy culpable. Cada vez que me quiero sentar a orga...

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