Recetas

martes, 25 de julio de 2017

Pan Rústico!

¿A quién no le gusta el olor del pan recién hecho? Por favor, si de verdad hay alguien a quien no le guste este olor que lo diga ahora o que calle para siempre.

Soy de las que adora este olor. Cuando paso por las panaderías y huele a pan caliente es como si me envolviera y me empujara a quedarme cerca del horno para continuar oliendo ese maravilloso aroma.

De siempre he sido muy panera, siempre me ha gustado el pan, todo tipo de panes, da igual si era integral, rústico, de pueblo, en barra, en hogaza... Me gusta cualquier tipo de pan. 

Por fuera puede parecer que hacer pan es muy complicado, es más, la primera vez que hice pan yo sola tenía muchísimo miedo de que no saliera bien (ya había tenido antes una experiencia muy mala con la levadura de panadero) aunque lo había visto hacer y parecía muy simple pero aún así tenía miedo. 

Hacer pan es muy simple, si empiezas con una receta fácil y sabes más o menos los conceptos básicos del pan, en cuanto una receta salga bien y la repitas muchas veces, empezarás a coger confianza con las demás y poco a poco te irás soltando y experimentando más tipos de pan. Y creedme, hacer pan es una de las cosas más gratificantes del mundo de la cocina.

Desde el primer momento que probé esta receta, cada domingo empecé a hornear pan en casa, y ese aroma que tanto me gusta inundaba a la hora de comer toda la casa. 

Os podría contar muchísimas más cosas sobre el pan pero como comienzo lo dejo aquí. Iré colgando más recetas de pan por aquí, absolutamente todas comprobadas.


Pan Rústico

Ingredientes

- 600 gr harina fuerta
- 400 gr harina floja
- 650 ml de agua
- 12 gr levadura fresca 
- 20 gr sal


Esta receta se puede hacer tanto a mano como a máquina, obviamente a mano costará un poco más pero si sois de las mías y os encanta tocar las masas y además es la primera vez os recomiendo que lo hagáis a mano. Con la máquina es mucho más rápido y fácil pero os recomiendo hacerlo cuando ya tengáis más confianza con la receta.

Siempre hago esta masa un día antes, ya que fermenta en frío, así que recordad que hay que hacer hueco en la nevera.

Mezclamos las dos harinas y la sal en un bol grande, hay que tener en cuenta que tenemos 1kg de harina, hacemos un volcán en medio.

Disolvemos la levadura fresca en el agua que debe estar un poco templada pero no caliente. La levadura fresca la podéis encontrar en cualquier supermercado, yo la compro en Mercadona y cada cubo lo parto en dos, aproximadamente son 12 gr, lo envuelvo en film y lo congelo, así, cuando vaya a hacer este pan tengo la medida aproximada y no es necesario descongelar más.

Cuando la levadura se haya disuelto, vertemos el agua en el centro del volcán. Con una cuerna empezamos a mezclar, con cuidado que el agua no se salga. Si vemos que con la cuerna es más difícil usamos las manos, espolvoreamos un poco de harina y mezclamos hasta tener una masa homogénea. 

Llegados a este punto hay que conseguir una masa lisa, sin grumos y que no se pegue tanto, para ello ya no tenemos que mezclar, tenemos que ir doblando la masa hasta convertirla una masa lisa, tardaremos unos minutos en conseguir esta textura. Si vemos que se pega mucho añadimos un poco de harina en la superficie, si está muy seca añadimos un poco de agua pero como ya he dicho con estas medidas sale una masa perfecta.

Cuando tengamos la masa lista lo tapamos con film y dejamos reposar 15 minutos. Pasado este tiempo lo doblamos 5 veces, lo tapamos con film y reposamos 15 minutos más. Repetimos dos veces más. Cuando doblemos por última vez tapamos el bol completamente con film y lo metemos en la nevera durante toda la noche, el frío hará que fermente lentamente y para el día siguiente habrá doblado su tamaño.

Al día siguiente calentamos el horno a 220ºC y en el suelo del horno ponemos una bandeja de metal apta para horno y dejamos que se caliente con el horno. Mientras, vamos formando los panes en una superficie enharinada. No hay que manipular mucho la masa ya que podría perder el fermento que ha ganado durante toda la noche.

Porcionamos el pan y lo colocamos en otra bandeja con papel de horno, espolvoreamos un poco de harina encima o cualquier semilla que queramos. El porcionado del pan es todo un mundo, podéis hacer barritas, chapatas, conejitos, trenzas, espigas... todo en un tamaño pequeño ya que el tiempo y la temperatura de horneado está adaptada a piezas pequeñas. A mí no me cabe todo en la misma bandeja así que tengo que hacer dos tandas o meter dos bandejas aunque la que esté abajo tarda más en dorar.

Metemos la bandeja en el horno y echamos un vaso de agua muy fría en la bandeja del fondo del horno para que haga vapor, cerramos rápidamente el horno y dejamos cocer durante 12 minutos aproximadamente.  La capa exterior tiene que dorarse.

Sacamos los panes y los dejamos enfriar por completo en una rejilla o nos los comemos directamente.

Ya veréis como después de esta receta empezaréis a hornear vuestro propio pan, es muy fácil y los resultados son increíbles.


Hasta pronto! :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Recapitulando recetas Terroríficas!

¡Hola! Llevo un ritmo caótico en la publicación de las entradas del blog y me siento muy culpable. Cada vez que me quiero sentar a orga...

Sugerencias