La verdad es que desde que supe que tenía esos vicios cada vez que cocino intento meterle algún detallito que le gusta, y de momento no se ha quejado (que yo sepa). Creo que el día que consiga fusionar esas tres cosas explotará, por suerte aún no ha llegado ese momento.
Si a todo eso le sumamos que se ofrece a probar todos y cada uno de mis experimentos, le convierten en un probador ideal y con mucha fe ciega en mí, aunque de momento aún nada me ha salido tan mal que no haya querido probarlo.
Este domingo, para celebrar nuestro aniversario y agradecerle el trabajo de probador, le llevé a un sitio de nueva apertura que ya llevaba varios días observando y que cada vez que entraba a su página me daban más ganas de ir cuanto antes.
Estoy hablando de Livin Japan, una cafetería en la calle Torrecilla del Leal 20, entre el metro Tribunal y Lavapiés. Organiza eventos como proyecciones, talleres, actuaciones y concursos muy interesantes.
Aunque diga que es una cafetería la verdad es que fuimos allí a comer y salimos más que satisfechos.
El local se encuentra muy fácil y en el mismo momento en el que entras notas un ambiente muy agradable acompañado de un hilo musical muy actualizado, es perfecto si eres otaku.
Cuando nosotros llegamos no había casi nadie, tal vez la hora y el día no eran los ideales pero así pudimos disfrutar de una comida tranquila.
Takoyaki |
La carta es muy variada, tiene muchos platos típicos de japón y te dan ganas de pedírtelo todo. Sobre todo tienen prostres, batidos y té, me quedé con muchas ganas de probar algunas cosas.
Pedimos Takoyaki (bolitas de pulpo), cuando las vi me daba pena partirlas, eran tan redonditas y tan perfectas que parecian muy frágiles. También comimos hamburguesa de Kobe con raíz de loto y salsa Teriyaki y un bento de Karaage con verduras salteadas y arroz.
Hamburguesa de Kobe |
La hamburguesa estaba deliciosa, el pan no era el típico pan de hamburguesa, la carne estaba al punto, con un sabor fuerte y una textura suave que se te deshacía en la boca. Estaba acompañada de queso y cebolla caramelizada, que hacía que la mezcla estuviera exquisita. Nunca había probado la raíz de loto y para mi sorpresa estaba muy bien, siempre y cuando la comas en caliente, cuando se enfría adquiere un sabor un poco amargo pero merece la pena probarlo.
Karaage |
Como postre pedimos dos batidos, un Chokoreto (Leche, vainila y chocolate) y un Kohi (leche, café y vainilla con nata). Lo que más nos llamó la atención fue la copa pero lo que contenía era refrescante y muy suave.
Como conclusión he de decir que a pesar de ser un local pequeño tiene una temática muy acertada, una decoración muy tradicional y cuenta con un rincón de manga donde puedes leer mientras te tomas un té. Lo que comimos nos gustó mucho, nos quedamos con ganas de probar más cosas e ir un día en el que haya algún evento o proyección. Sin duda repetiremos y es 100% recomendable, así que si queréis probar la comida japonesa y además participar en los eventos que hagan ya sabéis donde ir, os dejo el link de sus redes sociales donde podéis estar atentos de sus novedades: Facebook, Twitter, Instagram.
Y después de taaaanto texto os dejo con la receta de chips de patata. Son las típicas patatas de bolsa de toda la vida pero caseras, es una receta muy pero que muy fácil de hacer y que te salvan cuando se te presentan invitados sin avisar o si tienes un novio patatero. No se tarda nada en hacerlas y no necesitas una máquina especial, solo un pelador de horquilla, en cualquier tienda de utillaje de cocina lo encontraréis. Ahora sin más esperas la receta.
Chips de patata
Ingredientes
- Patatas
- Sal
- Aceite para freír
Lavamos y pelamos la patata con el mismo pelador que usaremos para sacar las chips. Yo recomiendo coger una patata alargada, no muy gruesa porque no saldrán las patatas redondas y se romperán aunque eso es parte del encanto de las patatas caseras.
Con el pelador empezamos a pasarlo por uno de los extremos de la patata, al principio no saldrán perfectas pero cuando se vaya formando la patata veréis que saldrán redonditas.
Cuando lleguemos al centro y veamos que no podemos avanzar le damos la vuelta y empezamos otra vez el mismo proceso. Es muy fácil y salen bastantes de una sola patata.
Mientras hacemos esto calentamos el aceite, no tiene que estar muy fuerte pero tampoco muy suave. Tenemos que echar las patatas una a una separándolas para evitar que se cocinen pegadas.
Con una espumadera las movemos y las hundimos para que se frían por ambos lados.
No las doramos mucho porque fuera adquieren un color mucho más oscuro, hay que sacarlas blancas, fuera se tornan amarillas. Mi truco es sacarlas cuando no escuche el aceite chisporrotear mucho. Las escurrimos en una papel absorbente y las echamos sal.
Yo las pasé por el papel tres veces hasta que quité todo el aceite sobrante, después las eche sal y las removí para que todas tuvieran su puntito de sal.
Ya tenéis unas patatas chips lista para comer, son tan express que en 10 minutos las tienes listas y parecerán que son compradas.
Hasta pronto! :)
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