¡Ya estamos en septiembre!
Tenía muchísimas ganas de que pasara Agosto para dejar atrás los días de calor y es que, de verdad, para mí septiembre significa fresquito.
Necesito volver a dormir tapada, a enfundarme mis botas y mis gorritos de lana...
Mi amor por el frío es incondicional 😍
Pero por el momento hay que soportar los últimos coletazos del verano y todavía me niego a encender el horno, puedo aguantar unos días más.
Así que a falta de horno seguimos con los postres fríos, hay que hacer de todo.
La receta la tenía guardada desde hace bastante y tenía muchas ganas de hacerla pero pasa lo de siempre, la pereza, la espera, el calor... Y entre unas cosas y otras, al final nunca la he hecho.
Y eso que me moría de ganas de probarla.
Pero bueno, por fin la he hecho, no me puedo quejar ¿no?
Ya sabéis que soy una amante de la vainilla, me gusta todo lo que lleva vainilla, incluso me gustó un puré de patata a la vainilla que hicieron unos compañeros de Grado Superior.
Eso es amor y lo demás son tonterías.
Así que hoy os traigo una Mousse de Vainilla que está para chuparse los dedos, la cuchara y el recipiente de la Mousse.
Además, se ven las semillitas de la vainilla, es un detalle que me encanta 😊
La receta es de MegaSilvita y aunque ella lo ha hecho en una tarta yo he preferido hacer la Mousse en vasitos, tengo debilidad por los postres minis 😉
¡Vamos con la receta!
Ingredientes:
- 140 gr de leche entera
- 1 vaina de vainilla
- 1 hoja de gelatina
- 220 gr de chocolate blanco para postres
- 224 gr de nata
Esta receta hay que prepararla con un día de antelación porque primero hay que hacer una infusión en frío de la leche con la vaina de vainilla. Así que el día antes mezclaremos la leche con la vaina cortada a la mitad y raspada, dejaremos que infusione 24 horas en la nevera.
Al día siguiente, hidratamos la gelatina en agua muy fría mientras calentamos la leche, si las vainas, hasta que alcance los 80ºC. Retiramos la leche del fuego y le añadimos la hoja de gelatina escurrida, mezclamos hasta que todo sea homogéneo.
Inmediatamente lo volcamos encima del chocolate blanco troceado y moveremos hasta que todo el chocolate se haya derretido, debe quedar una mezcla lisa y sin grumos, dejamos enfriar hasta los 35ºC aproximadamente.
Semi montamos la nata y le añadimos la mezcla del chocolate con movimientos envolventes. Cuando tengamos todo mezclado lo repartiremos en los recipientes que hayamos elegido y conservaremos en nevera al menos 8 horas, ya sabéis que yo prefiero dejarlo toda la noche.
Podemos decorarlo con algunas virutas de chocolate para darle más color o comerlo tal cual porque la vainilla es así, se puede comer sin acompañamiento.
Es un postre muy fácil y con un sabor intenso.
No es un postre que se vea muy a menudo ya que no es la típica mousse pero merece la pena probarlo si sois amantes de la vainilla 😉
¡Hasta pronto!
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