Desde hace unos meses algunos productos con lactosa me vienen sentando mal.
Digo algunos porque he comido otros y no tienen el mismo efecto.
Un ejemplo de ello es que comí un trocito de queso y me sentó fatal pero después comí un trozo de tarta con ingredientes lácteos y aquí estoy, tan ricamente.
No sé que le pasa a mi cuerpo.
Y pensando que si, tal vez, sea intolerante a la lactosa habría un montón de cosas que no podría comer.
No me preocupa las cosas que no pueda comer en casa porque hay mil alternativas; queso para gratinar sin lactosa, yogures sin lactosa, leche sin lactosa...
En casa me las apaño pero ¿qué pasa cuando como fuera?
Haciendo memoria, lo único que he visto sin lactosa en la calle han sido ciertos helados, y no todas las heladerías tienen helados sin lactosa.
Así que me puse a pensar en todo lo que "perdía" si fuera intolerante a la lactosa y es que son muchas cosas.
Con lo que me gustan las hamburguesas con queso, las quesadillas con su queso cheddar derretido, la salsa carbonara con nata...
¡Son muchas cosas!
Así que en vez de irme a hacer las pruebas, porque yo soy muy cagada y en cuanto me digan que me tienen que pinchar me tiemblan hasta las pestañas, he decidido hacer pruebas con la comida y con mi cuerpo.
Y he llegado a la conclusión que sólo me sientan mal los lácteos "puros", es decir, la leche, el queso o la nata solos, sin nada más, a palo seco.
Pero si los mezclo con otros ingredientes no me sientan mal.
El mismo ejemplo de antes, si me como un trozo de queso me sienta mal pero una porción de tarta con lácteos no me sienta mal.
Soy rara.
Mi cuerpo es raro.
No sé qué quiere.
No descarto en hacerme las pruebas si las cosas siguen así, pero por el momento me quedo como estoy.
La parte "buena" de todo es que estoy eliminando los lácteos de mi dieta diaria.
Es cierto que de vez en cuando como cosas sin lactosa pero ya lo hago de vez en cuando.
Y yo que pensaba que no podría vivir sin mi vaso de leche con nesquik... 😌
Así que hoy os traigo una receta que sirve de alternativa para los que no puedan tomar lactosa y además, no les guste la leche como tal.
Esta receta se la recomendé a la madre de mi ahijado para que el niño bebiera leche, sin azúcar claro 😊
La receta base es de La Muffinerie aunque yo la he modificado un poco, así que vosotros también podéis hacerlo.
En su receta lo hace con leche con lactosa así que podéis hacerlo con ambas leches.
¡Vamos allá!
Ingredientes:
- 1 litro de leche sin lactosa
- 2 vainas de vainilla
- 3 cucharadas de azúcar avainillado
- 1 cucharada de azúcar
Antes de nada, si no os gusta tan dulce podéis bajar una cucharada de azúcar avainillado pero podéis ir probando con 1 y 1 de cada azúcar y añadir más si lo necesita.
Ponemos la leche y los azúcares en un cazo a fuego medio. Abrimos las vainas por la mitad y las introducimos en la leche, removemos de vez en cuando para evitar que se pegue.
La leche debe llegar a ebullición, cuando hierva la retiramos del fuego, la tapamos y dejamos infusionar hasta que la mezcla se enfríe.
Retiramos las vainas de vainilla y echamos la leche en una botella de cristal. A mí me gusta que tenga semillitas pero si no os gustan podéis colar la mezcla por un colador de tela.
Metemos la botella en la nevera y disfrutamos de esta Leche de Vainilla.
Recomiendo consumir esta leche en los próximos tres días para evitar que se ponga mala así que si veis que 1 litro es mucho podéis hacer la mitad de la receta.
Está muy buena y, además, bien fresquita parece un batido de vainilla.
Seguro que a los peques les encanta y no tiene ningún ingrediente extraño 😊
¡Hasta pronto!
¡Hasta pronto!
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